Las aventuras de Toby el perro salchicha

Escrito por: Gabriela Mendoza

Hola, me llamo Toby, soy un perro salchicha, tengo 3 años, me consideran un perro inquieto y tal vez lo sea, pero solo trato de ser yo, y hacer lo que me gusta, tengo muchas actividades favoritas para hacer durante mi día, quizás unas cuantas de ellas haga travesuras; pero nada que unos ojitos tiernos no solucionen, pero quizás lo que más me caracteriza son todas mis aventuras, a pesar de ser un perro pequeño tengo muchas aventuras, y cada una de ellas me enseña algo; creo que sin todas las aventuras que he tenido no sería el perro soy ahora, he aprendido hacer amable, a respetar a todos, a compartir y sobre todo a obedecer a mis padres; mis papás son diferentes a mi ellos son humanos, me adoptaron cuando tenía apenas dos meses de nacido, pero eso no me afecta que ellos me adoptaran ha sido lo mejor que paso, me han dado una vida muy feliz,a mí y a mis hermanos; creo que a mis padres les gustaba adoptar, cuando me trajeron a casa; conocí a mis tres hermanos mayores, el gato Camilo, el gato Lucas y el perro Loki, mi hermano Loki es mi favorito; tal vez porque ambos somos perros, pero él me ha enseñado mucho, me enseñó a hacer del baño afuera, ladrarle al panadero, también a morder los zapatos de mi papá; ya saben cosas básicas de supervivencia canina, todas sus enseñanzas me han servido muchísimo y las recuerdo en todas mis aventuras.

TOBY EN EL DIA DEL BAÑO

Mi familia es muy divertida jugamos mucho y los quiero muchísimo, pero hay cosas que sencillamente no me gustan y ellos se empeñan a hacerlas sin importarles mi sufrimiento.

No importa cuánto me resista, el día del baño siempre llega, y si se preguntan porque detesto el día del baño, creo que no tengo una respuesta específica, creo que viene de nuestros ancestros, el que todos detestamos el baño, pero sé que es para que este limpio y sin pequeñas alimañas en mi cuerpo, recuerdo que durante un mes no me deje bañar, cada vez que intentaban agarrarme yo corría muy rápido para evitar ser atrapado, pero lo malo empezó cuando pequeños animales, se apoderaron de mi cuerpo, todo mi cuerpo me picaba demasiado, un día el gato Camilo se me acercó; me observó rascarme con frenesí y me dijo.

-Tienes muchas pulgas; debes de darte un baño o te ira peor después.

Yo no lo creí pensé que solo estaba tratando de asustarme; pero al día siguiente las cosas empeoraron la picazón era insoportable ya no podía disimular más, y me rendi, mi mamá vio cómo me rascaba y me tomo y pues sucedió lo tenía que pasar me bañaron, fue pero porque el veterinario o como yo le llamo “el tortura perros” me receto tres baños a la semana con un medicamento especial, y no pude salir de la casa por varios días hasta terminar el tratamiento, por librarme de un día de baño me lleve muchos baños en solo una semana. La moraleja de esta historia es que << si tus padres te dicen que debes bañarte hazlo, o terminaras con una plaga en tu cuerpo>>. y créeme no es divertido, tener muchos bichos recorriendo y picando tu cuerpo.

TOBY El DETECTIVE

Hace unos meses recibí una carta, su procedencia fue extraña, tenía una estampa de la jungla, era de mono llamado Pepe, en su carta me expresaba, que estaba un gran apuro, su hermana lo dejo encargado de cuidar a su sobrino el monito Raúl, en su carta me describía que el monito Raúl, era muy inquieto y cuando fueron al estanque por un poco de agua, el monito se lanzó por una liana y sin importar lo rápido que corrió Pepe; no logro alcanzarlo y no lo encontraba por ningún lado, y solo tenía unos días para encontrarlo; antes que llegara su hermana del viaje que estaba haciendo.

No lo dude y comencé mi viaje hacia la jungla, fue un viaje largo, de muchas horas, pero al fin llegamos. El mono Pepe, me recibió muy preocupado y, y por supuesto comenzamos a investigar de inmediato.

Nos dirigimos al último lugar donde Pepe vio al monito Raúl, el estanque principal; el estanque era el lugar de reunión de todos los animales de la jungla, y era la oportunidad perfecta para preguntar si alguien había visto al monito y por suerte un pequeño Tucán había visto a Raúl un día antes; columpiándose cerca de la montaña gorila, Pepe dijo que no estaba muy lejos, y comenzamos el camino hacia la montaña gorila.

Llegando a montaña gorila, vimos una fortaleza custodiada por gorilas, y al llegar a la puerta los guardias nos dijeron que sin un presente para su gobernante no podíamos entrar, Pepe y yo nos regresamos pensando en cual sería el mejor presente para el gobernante gorila.

Pepe me dijo que los gorilas al igual que los monos amaban las bananas, y con mucha rapidez fuimos a buscar el racimo más grande de bananas que pudimos encontrar.

Llegamos de nuevo a la fortaleza y los guardias nos dejaron pasar, al entrar a montaña gorila, vimos toda la ciudad, y de inmediato comenzamos a preguntar si habían visto al monito, una habitante de la ciudad nos dijo que Raúl había estado ahí, que estaba muy asustado y preocupado porque no sabía cómo regresar a casa, la gorila nos dijo que el monito estuvo en su casa y nos dio una camisa que había tenido puesta, comencé a olfatearla para seguir el rastro de olor de Raulito, seguí el rastro a las afueras de la montaña gorila.

Encontramos un pequeño rio donde muchos animales tomaban agua, en medio de todos los animales encontramos a Raúl; estaba sentado a la orilla del rio, muy asustado; Pepe corrió hacia el para abrazarlo, Raulito se disculpó con su tío Pepe por escapar de esa manera, Pepe y lo llevamos a casa, al llegar a casa de Pepe, la mamá del mono Raúl, llego a casa, ella ya sabía todo lo que había sucedido, pero la mamá estaba aliviada que su pequeñito estuviera bien, Raulito prometió nunca volver hacerlo, él había aprendido la lección .

Después de otro caso resuelto, con éxito, regresé a casa, días después recibí otra carta del mono Pepe, agradeciendo todo el trabajo que hicimos por encontrar a su sobrino y estoy seguro de que el monito aprendió la lección de nunca separarse.