top of page
  • Foto del escritorCésar España

“Ich mag Pilsener und salvadorianische”: declaraciones de un alemán sobre El Salvador


El Salvador es un país que sobresale por sus hermosos paisajes y lugares turísticos, y uno de esos sitios emblemáticos son sus playas, siendo sedes perfectas para los amantes del surf y a todos aquellos que amen el mar y busquen relajación en la misma.


Un área perfecta para los visitantes extranjeros es la Playa El Tunco, ubicado en el departamento de La Libertad, y es por ello, que por primera vez me aventuro a ir a ese lugar. Podría sonar paradójico para algunos, que yo viviendo a una hora de esa playa nunca haya ido, teniendo tanta fama por su ambiente los fines de semana.


Son las once de la noche de un sábado, y sólo tengo dos acompañantes más (por el momento) para este viaje: mi hermano y un amigo. He escuchado que los días sábados se pone “alegre” la cuestión debido a la alta visita de los turistas provenientes de diferentes países. Un dato curioso que investigué, es que a esa playa se le llama El Tunco porque precisamente tiene una roca gigante en forma de tunco, o como se le nombra a los cerdos.


Llevábamos unos diez minutos de haber salido de nuestra casa cuando me cae la llamada de un amigo que tenía días de no ver. Me preguntó dónde estaba, le comenté y le hice la invitación para que nos acompañara; aceptó. Lo pasamos recogiendo y se encontraba con dos personas más que nos querían hacer compañía, sin embargo, el vehículo donde nos transportábamos admitía una persona más, y por ese motivo, se tuvieron que ir en otro carro para acompañarnos. Ya éramos seis individuos en rumbo a un mismo destino.


Llegamos al lugar, nos parqueamos y buscamos un lugar para pasar el resto de la noche. Antes acomodarnos, decidimos caminar por las calles de Surf City y conocer qué más había aparte de olas, arena y las rocas del lugar. Había comedores, bazares, tiendas de conveniencia, restaurantes, bares, entre muchas cosas más. Particularmente ese día, contaba con bastante presencia de personas en la zona.


Lastimosamente, lo que no sabíamos, es que a la una de la mañana ya no dejan entrar a ningún establecimiento similares a tabernas o discotecas por normas dentro de la localidad, y ya faltaban quince minutos para la hora. Así que, nos tocó hacer "plan b": sentarnos y disfrutar a la orilla del mar. Compramos armamento (cervezas) y nos dimos a la tarea de buscar un lugar perfecto para pasar el rato.


Se hicieron las tres de la mañana y se sentía un ambiente ameno entre compadres; compartíamos historias y vivencias diarias que pasan en nuestras diferentes áreas de la vida de cada uno de nosotros. En nuestro grupo de amigos nunca faltan las risas, hasta tal punto, que los músculos del estómago se contraen tanto que hacen que cause dolor.


Teníamos una velada “normal” aún a esa hora, no hasta que unos alemanes llegaran donde nosotros. Por suerte, hablaban inglés por lo que se nos hizo fácil comunicarnos con ellos. Mi inglés es menos que básico, pero al menos pude formular una que otra conversación fluida con ellos.


Nos contaban que habían viajado a El Salvador en plan de vacaciones y que al siguiente día regresaban a su país. Nos dijeron que habían probado las pupusas y que les habían encantado. “Ich mag Pilsener und salvadorianische”, dijo uno de los alemanes, que traducido al español es: me gusta la Pilsener y las salvadoreñas. Fueron unos tipos agradables y amigables.


Llegó la hora de retirarnos; eran casi las cinco de la mañana. Cuando nos dirigíamos nuevamente al parqueo, nos topamos con unas estudiantes de medicina de origen guatemaltecas, que nos comentaron que habían ingresado al país por motivos académicos (no nos especificaron cuáles exactamente). La visita de ellas era solamente por dos días, y expresaron que querían aprovechar su estadía visitando una de las playas más famosas del país. Asimismo, señalaron lo atractivo y su gratificación al visitar este lugar.


Finalmente, nos retiramos, y creemos que fuimos casi de los últimos al abandonar la localidad. Disfrutamos, platicamos, conocí un nuevo sitio e intercambiamos diálogos con gente extranjera y su opinión referente al espacio donde permanecimos la noche. Comprobé que verdaderamente era como me lo habían planteado: lleno de sorpresas, olor a fiesta y turistas por todos lados.



5 visualizaciones0 comentarios

Comments


bottom of page