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  • Foto del escritorIsa Meléndez

UNA TRAVESÍA POR EL VOLCÁN DE SANTA ANA

Actualizado: 24 jun 2022

Un viaje muy cansado, pero inolvidable, es lo que promete a sus visitantes el asenso al Volcán de Santa Ana o Ilamatepec, que según historiadores proviene del náhuat Lamatepec o "Cerro Padre". Para mi sorpresa, este volcán merece su nombre.

Ubicado en el departamento de Santa Ana, cuenta con una altitud de 2,381 metros sobre el nivel del mar, lo que nos hace considerarlo como el más alto del país, y cuya última actividad fue registrada en el año 2005.

El volcán de Santa Ana forma parte del complejo los volcanes, ubicado en la cordillera de Apaneca; y algo que me llamó la atención fue el tipo de vegetación, que combina plantas de bosque tropical y bosque montañoso; esta característica nos permite tener una de las mejores vistas de nuestro pequeño país. Sus paisajes son lo que uno espera en este tipo de viajes.


Una de las recomendaciones que debemos tener en cuenta es que el volcán debe subirse con ropa y zapatos cómodos y sin mucha carga, en nuestro caso, nos solicitaron ropa que al momento de mojarse no fuera muy incómoda debido a las probabilidades de lluvia. Es así como comenzamos esta travesía.


Existen dos formas para organizar el ascenso. Una opción puede ser con guías que trabajan con el ministerio de Turismo o, por un poco más, con guías privados; aunque podemos subirlo bajo nuestro propio riesgo. El viaje puede iniciarse desde el Cerro Verde, y desde el parque de montaña «La Casa Cristal», donde lo iniciamos.


El día que escogí para subir inició soleado, pero a medida nos acercábamos al parque comenzó a ponerse nublado, por lo que sabíamos que nuestro problema en el asenso no sería el sol, sino las nubes o la lluvia.

Para las personas que quieren saber si el viaje es fácil, la respuesta dependerá mucho de la condición física en la que nos encontremos.


Personalmente los primeros 15 minutos de recorrido se me hicieron muy difíciles, pero si vale la pena subir y vivir la experiencia.

Iniciado el recorrido se establecen ciertas normas, entre estas: permanecer con el grupo (ya que nos reunimos alrededor de 12 personas), llevar una botella con agua y dulces por si se necesitan; permanecer en los senderos, ya que existen muchas especies de fauna silvestre que viven próximos a estos y la idea es que el recorrido sea lo más tranquilo posible, sin interrumpir la vida silvestre o causarnos un accidente.


Al principio del recorrido pude observar que la vegetación es densa y propia de bosques nebulosos: arboles altos que cubren el cielo, arbustos, mucha humedad y, a lo lejos, el sonido de los animales que ahí habitan; pero mientras vas subiendo, el terreno húmedo desaparece y el suelo rocoso y la vegetación de tierra seca toma protagonismo. Lastimosamente, por el mal clima, no pudimos observar desde arriba el volcán de Izalco ni el Lago de Coatepeque.


Una de las preocupaciones externadas por el guía fue el tiempo atmosférico bajo el que emprendimos camino, debido a que estaba un poco nublado y las probabilidades de lluvia en la zona eran muy altas; además, las autoridades permiten el asenso y permanencia en la cima del cráter hasta la 12:30 del mediodía, aunque el guía mencionó que generalmente permiten la estadía puede ser hasta la una de la tarde, pero nosotros íbamos ascendiendo contra reloj.


Lastimosamente, mi condición no me permitió subir en el tiempo establecido, que generalmente es de una hora y media. Fue por esta razón que no pude lograr llegar a la cima, pero algunos de mis compañeros si tuvieron la suerte.


Adriana Meléndez, mi hermana, quien me acompañó en la mayor parte del recorrido, me expresó que a minutos de llegar a la cima se siente un aroma muy peculiar a azufre, que proviene de las aguas dentro del cráter.

"Nunca había visto el color, es muy parecido a la Laguna de Alegría", mencionó.


También contó que es impresionante el contraste del tono del agua y las paredes del volcán; generalmente permiten a los grupos un margen de tiempo de 30 minutos para tomar fotos, descansar, comer cosas livianas o comprar paletas sombrillitas o siberianos y así, poder descender tranquilamente.


En esta ocasión particular y por las nubes de lluvia haciéndose mas presentes, tuvimos que descender antes de tiempo; es por eso que una de las recomendaciones es iniciar el viaje temprano, ya que eso nos da la oportunidad de tomar el viaje sin apuros.


Confieso que es mucho más difícil subirlo que descenderlo, aunque quizás tuvo mucho que ver la lluvia al momento de bajar. Completado el viaje y ya a unos 1,700 metros sobre el nivel del mar pudimos disfrutar no solo del parque de montaña, sino también de la gastronomía y de los pequeños negocios que viven de la venta de frutas propias de esa zona.


Para las personas que no desean subir y hacer todo este recorrido, también recomiendo los restaurantes que se ubican en las calles de descenso ya que poseen unas de las estampas esperadas por turistas nacionales y extranjeros: el ago de Coatepeque; que ese día se dejó ver para nosotros al finalizar la tarde, aunque no pudimos verlo bajo el fenómeno azul turquesa que presenta una vez al año, pero aún así valió la pena.

Recomendaciones antes de subir el volcán de Santa Ana


Primero que todo, es posible visitar el volcán bajo distintos horarios, ya que antes la cantidad de guías era más limitada, pero, actualmente son muchas las personas que trabajan con el Ministerio de Turismo y ofrecen apoyar a los turistas en recorridos con un mínimo de 15 personas por grupos.


También deben detallarse los precios, ya que los costos son diferentes si el recorrido inicia desde el Cerro Verde o desde Casa Cristal. Además, la entrada varía entre nacionales y extranjeros.


Por último, como mencioné anteriormente, los recorridos pueden hacerse bajo supervisión de un guía y la PNC (que realmente deben hacerse así porque cierta parte del terreno es un poco peligrosa y ellos se encargan de cuidar a los turistas), pero si lo que les gusta es viajar solos o solas, existe la opción de viajar en bus hasta el Cerro Verde y emprender el asenso por nuestra cuenta.


La recomendación esta abierta para todas esas personas que, como yo, les gustan este tipo de recorridos y disfrutan de los paisajes que ofrece nuestro territorio, es solo cuestión de tomarse el tiempo de nuestras jornadas cotidianas para poder disfrutar de nuestro país.


Aquí un poco más de lo que se puede vivir en el Volcán de Santa Ana:



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