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  • Foto del escritorRafael Campos

¡PERDIDO EN GUATEMALA!

Escrito por: Rafael Antonio Campos Candray.

Mi primer viaje a Guatemala fue con mis amigos: Kevin, Daniel, Laura, Cecilia, Guadalupe y Naomi; también, fueron José, mi hermano; Jonathan, mi primo; y mi abuela. Nos reunimos en una esquina de la colonia donde vivimos, estaba todo listos para salir, pero antes platicamos a qué lugar pasaríamos a desayunar; pero no llegamos a un acuerdo y salimos de camino a la frontera.


Nuestra travesía comenzó a las 3:30 de la madrugada íbamos en tres carros: en uno iba Kevin, Guadalupe y Naomi; en el segundo Daniel, Cecilia y Laura; en el tercero José, Jonathan, mi abuela y yo. Ese día me sentía adormitado porque no pude dormir por los nervios del viaje, a pesar de que mi hermano me dijo que me durmiera, no lo pude hacer porque no quería perderme ningún momento del viaje.


Llegamos a la frontera Las Chinamas, donde realizamos el chequeo de las cartillas de vacunación del COVID 19 y del Documento Único de Identidad (DUI). Durante todo el trayecto íbamos en caravana, para identificarnos en la carretera la señal era encender las luces intermitentes, de esta forma sabíamos donde se encontraban los demás.


Seguidamente al pasar la frontera, decidimos comenzar a buscar un lugar en Guatemala para desayunar, muchos kilómetros más adelante encontramos una pequeña plaza. Nuestro desayuno fue hot dog, pizza y café. Nos detuvimos por una hora en ese lugar y continuamos el viaje rumbo a Cuidad Cayalá, siempre siguiendo las indicaciones de Waze.



En la Ciudad de Guatemala había mucho tráfico, parecía San Salvador en hora pico. Al llegar acordamos estar una hora y media. Yo, estaba fascinado con todo lo que veía, es claro, jamás había ido a otro país. Todo era muy blanco, su arquitectura es preciosa, pero aún tenía hambre, así que fui a Dunkin’ Donut donde compré un croissan'wich de huevo con jamón y una limonada, es el sándwich más caro y delicioso que he probado.


Después de comer, salimos a nuestro destino: Antigua Guatemala por el Festival de las Flores. En la carretera encontramos mucho tráfico, mientras Waze nos dio una ruta alterna para evitar el tráfico, no tuvimos que haber confiado en Waze. Nos desviamos a un pueblo llamado Mixco, totalmente lejos de la carretera, dicho pueblo era solo subida, más empinado que la calle a los Planes de Renderos, las calles eran angostas y mientras seguíamos en una cuesta un bus golpeo el carro de Daniel, el de Kevin patinaba sus llantas y en el que yo iba no lograba subir.


Luego de muchos intentos y del golpe logramos salir de ese pueblo, pasamos a una gasolinera porque nos quedábamos sin gasolina, agregando que la calle a Antigua Guatemala estaba llena. Nos tardamos en llegar, pero ya teníamos el parqueo asegurado por el hotel. El parqueo estaba a las orillas de Antigua y el hotel por el parque central del lugar, por lo que caminamos unas nueve cuadras para llegar.


Al llegar al hotel, tomaron nuestros datos y nos llevaron a las habitaciones. Pedimos el uso de la piscina para las 8:00 p.m. todos fuimos a las habitaciones a descansar luego de todo lo que nos había sucedido. Todos se cambiaron para entrar a la piscina y cuando nos adentramos ¡Estaba extremadamente helada! Jamás me había bañado con un agua tan helada, parecía que era hielo, a pesar de eso nos hicimos fotos y videos temblando del frío, pero las risas no faltaron esa noche.


A las nueve de la noche salimos a caminar por las calles de Antigua, fuimos al Arco de Santa Catalina, al parque central, catedral de San José y los lavaderos públicos. Además, buscamos un lugar para cenar, tuvimos que comer una hamburguesa del Wendy’s porque no teníamos quetzales, solamente dólares.


Al día siguiente, me desperté a las 5 a.m. para ver el amanecer, bajaba mucha neblina por el Volcán de Agua y formaba una especie de anillo en su alrededor. Nos alistamos y salimos para el Arco de Santa Catalina, justo al lado está el restaurante del hotel, pero estaba demasiado lleno, así que decidimos ir a desayunar al mercado y aprovechar a comprar camisas, recuerdos y gorras. Yo me compré una gorra negra que dice: Cerveza Gallo.



Salimos de Antigua Guatemala a las 10:30 de la mañana porque pensamos que no encontraríamos mucho tráfico, estaba un poco sola las calles, pero de nuevo Waze nos dio una ruta muy extraviada. La seguimos y nos llevó a un peaje, luego de muchas horas dando vueltas por Guatemala, llegamos a la frontera a las siete de la noche. Realizamos cambios de conductor para que descansaran un poco los que venían manejando y nos bajamos en la frontera a que nos sellaran la salida de Guatemala.


Llegamos a la colonia donde vivimos a las 9:30 p.m. donde a mi familia y a mi nos esperaban mis tíos, mi primo y mi mamá. Fue un viaje muy cansado, pero bonito y fue una gran experiencia. Esos días fueron muy especiales para mí, de cuales espero volver a vivir una aventura similar. Además, aprendí a que Waze y Maps no dan bien las direcciones fuera del país.

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