Día Internacional de la Mujer es la representación de un mundo diverso que se une sin importar barreras físicas, en donde luchan y alzan su voz buscando romper la cadena del silencio que por años se ha convertido en una atadura para su libertad y derechos; es una conmemoración merecida por tantos años de batalla contra la desigualdad dentro de las sociedades, que disminuían la participación de la mujer como tal, limitando cualquier oportunidad de desarrollo propio.
El avance de los años y la transformación de las perspectivas, percepciones e ideales permitieron observar nuevos cambios que de manera gradual consigue reducir las brechas de desigualdad para las mujeres. Sin embargo, fueron necesarios diversos sucesos de dolor, opresión e inclusive la muerte propia para hacer valer los derechos del ser humano, que sin causa injustificada fueron desvalorizadas por su feminidad. A pesar de que ellas son fuente y devoción de vida, personas capaces de incentivar el crecimiento, la nobleza y el amor, las injusticias en el mundo prevalecieron por años.
Según datos publicados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) afirma que los 1900 fueron la respuesta a la deuda histórica de miles de derechos vulnerados, convirtiéndose en el sol que presentaba un nuevo horizonte de oportunidades, valor y respeto hacia la vida de ellas.
Cada etapa era más significativa, con nuevas historias que contar, pero a diferencia de los años de sufrimiento, estos se transforman en un proceso de desarrollo que favorece a la mujer, su voz toma poder, su valor dentro de la sociedad toma fuerza, la sumisión dentro de su familia decae, el respeto a su vida incrementa y sus oportunidades crecimiento personal se hacen cada día más presentes.
Lo anteriormente mencionado, refleja un proceso de evolución que a simple vista no fue fácil, se requiere de sociedades dinámicas y maduras que busquen soluciones eficientes para que funcione de una manera organizada, dinámica y activa, que integre a sus individuos sin poner restricción por el sexo, sin minimizar lo que cada uno representa, sin restar importancia a ideas nuevas y sobre todo que de manera progresiva destruya paradigmas históricos innecesarios, para eliminar cualquier tipo de favoritismos hacia un género determinado.
La nueva era sigue en la lucha diaria, con mujeres menos silenciadas, menos oprimidas, con mucha más valentía y coraje. El tiempo de sufrimiento no puede ser restaurado, pero si puede ser transformado al comprender que cada individuo es importante, aunque sus acciones sean pequeñas o grandes; las personas no buscan sociedades rotas y desiguales, estas buscan el cambio, construcción y oportunidades por igual.
Un vistazo a la historia:
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