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  • Foto del escritorMagaly Flores

explorando la belleza natural de la barra de Santiago

El pasado sábado, un grupo de universitarios se embarcaron en una emocionante travesía hacia la Barra de Santiago, El Salvador, para explorar los fascinantes manglares y participar en una significativa actividad de liberación de tortugas en colaboración con la Asociación de Mujeres de Barra de Santiago (AMBAS).




La jornada comenzó con una introspección sobre la importancia vital de estos ecosistemas, donde se identifican como barreras naturales cruciales para combatir las crisis climáticas. Los árboles, al depositar su esencia en el sustrato, juegan un papel esencial en la recuperación de áreas devastadas, como las que experimentaron durante el huracán de 1980. Fue entonces cuando las mujeres locales, fundadoras de la Asociación, se convirtieron en pilares fundamentales para la restauración, implementando proyectos que han transformado el paisaje del bosque.


El compromiso sostenido de estas mujeres ha sido notable, requiriendo años de gestión, estudios y colaboración con donantes y el Ministerio del Medio Ambiente. La historia de este lugar se entrelaza con la dedicación incansable de quienes reconocen la urgencia de preservar estos entornos y han trabajado arduamente para lograrlo.


La excursión brindó la oportunidad única de adentrarse en el mágico mundo de las tortugas marinas, seres asombrosos que pueden vivir hasta 2000 años. Se compartió el dato intrigante de que una sola tortuga puede poner más de 100 huevos en una sola puesta, exhibiendo una diversidad de colores y tamaños. Se destacó también que estas criaturas alcanzan la madurez a los 30 años, momento en el cual inician su reproducción.


El grupo aprendió sobre la delicada situación de los cocodrilos, siendo alertados sobre las consecuencias de la endogamia en esta especie. Las mujeres de la AMBAS compartieron historias impactantes sobre cocodrilos bebés que nacen con deformidades o no sobreviven, enfatizando la importancia de la diversidad genética en su supervivencia.


En este viaje de campo, la información más memorable fue acerca de las propias tortugas, conocidas por tener una memoria excepcional. Se reveló que regresan al lugar donde fueron liberadas, un hecho que subraya la conexión especial que establecen con su entorno.



En resumen, la jornada no solo fue una experiencia educativa sobre la flora y fauna de la Barra de Santiago, sino también un tributo a la perseverancia de las mujeres locales y su papel crucial en la preservación de este tesoro natural. La historia de este lugar cobra vida a través de la colaboración y dedicación de quienes reconocen la importancia de proteger nuestro entorno para las generaciones futuras.

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