Articulo para el dia de la mujer
Uno de los temas que siempre salen a la luz cuando la gente habla o se expresa del día de la mujer es el “vandalismo” que los grupos feministas cometen hacia muchos monumentos, llamado realmente “iconoclasia”; sumado a esto manifestaciones “violentas” y “fuera de control” tachando de esta forma sin antes haberse detenido a analizar a fondo la acción y la razón.
“Sea cual sea la razón, esas no son formas” es algo que se escucha provenir de la boca de muchos, sean estos hombres o mujeres, jóvenes o viejos, pero ¿será verdad que no son formas de protestar? Entonces ¿cuál es la forma más valida de protestar?
Tomando como punto de partida la manifestación de mujeres en el año de 1922, que, si bien no fue hecha el propio día de conmemorativo, sino que se sitúa exactamente en la navidad de ese año, es decir el 25 de diciembre, momento en el que se sentía un fuerte ambiente político, debido a que el siguiente año se iban a llevar a cabo las elecciones presidenciales entre Alfonso Quiñonez Molina (vicepresidente en ese momento) y Miguel Tomás Molina.
Este hecho es de suma importancia pues la próxima elección sería la primera en la que teóricamente iban a poder participar las mujeres, luego de tener tres décadas de luchas y retrocesos.
La manifestación fue llevada a cabo de manera pacífica, la cual tomó forma de marcha en la que se reunieron mujeres en la avenida independencia con dirección a la Iglesia El Calvario, en cuya travesía gritaban al unísono “libertad, libertad” y al mismo tiempo repartían confeti y flores, todas perfectamente alineadas y organizadas.
Entre las participantes se incluían niñas y adolescentes en edad de escolar trabajadoras domésticas y damas de la alta sociedad, todas en conjunto con una vestimenta de color azul, en representación de su apoyo al partido a favor del candidato Miguel Tomás Molina, el partido constitucional.
La ruta que tomaría la marcha pasaba frente a la vivienda del vicepresidente, Quiñones Molina, quien en respuesta ordenó reprimir de forma violenta a las manifestantes, haciendo uso de la “Liga Roja”, una organización fundada por él mismo para contener los disturbios y enfrentamientos callejeros, armados con metralletas, navajas y machetes.
La manifestación fue rápidamente convertida en una masacre que terminó con la vida de muchas mujeres y niñas que únicamente tenían el fin de defender y celebrar su derecho al voto en las próximas elecciones, de igual forma apoyar al candidato que las apoyaba.
Este hecho fue únicamente registrado en el libro " Dejados de la mano de Dios (una tiranía audaz y un pueblo inerte)" que es relatado a través de las palabras de un hombre, el general y doctor Manuel Quijano Hernández. Además de su libro, que no consta de más de 60 página, no hay como tal un registro histórico del acontecimiento.
No hay registro de las víctimas, ni conteo alguno, ya que las indolentes autoridades, se encargaron de no dejar huella, arrojando a las y los muertos a fosas comunes, borrando sus nombres y sus acciones con ello.
Ahora la pregunta es, si ese tipo de manifestaciones tampoco son la forma de pedir libertad y justicia para las mujeres ¿Cuál si la es? ¿Protestas silenciosas? O mejor aún ¿no protestar en lo absoluto?
“Las mujeres no pueden conformarse con nada”, “el feminismo era mejor antes”, “las mujeres que llegaron a la luna, las que trabajan y mantienen su hogar, esas son las feministas de verdad”, comentarios que la gente suelta a diestra y siniestra, sin darse cuenta de que todo eso, la posibilidad de hacer todo eso, fue gracias a la lucha de muchas otras mujeres años atrás.
¿Por qué no ponernos a pensar que esas NO SON FORMAS de responder a las acciones y los pedidos de justicia que las mujeres vienen haciendo desde hace miles de años?
La sociedad debe escuchar la voces de miles de mujeres silenciadas por generaciones, pues esto nos guiaran a una nueva era, donde todos puedan complementarse, en lugar de separarse.
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