Entrevista a la odontóloga Wendy Maricé de Sánchez
1. ¿Qué la motivó a estudiar Odontología?
2. ¿Tuvo apoyo de parte de sus padres para estudiar esta carrera?
3. ¿Cuáles fueron los obstáculos que se le presentaron en el proceso de estudiar esta carrera?
4. Al momento de tratar un paciente, ¿Cuáles son sus mayores miedos?
5. ¿Cómo describe su paciente ideal clínicamente hablando?
6. ¿Qué tipo de paciente se negaría a tratar?
7. ¿Cambiaria algo de los que ha hecho a lo largo de su carrera?
8. ¿Qué estrategias implementa cuando ha tenido un mal día de trabajo?
9. ¿Qué es lo que más le genera emoción en su trabajo?
10. ¿Cómo describiría a un buen dentista?
Wendy Maricé Decidió estudiar odontología, pues, siempre le pareció interesante la salud y ayudar a las personas. Además, le fascina la ciencia detrás de la odontología y poder mejorar la calidad de vida de los pacientes a través de la salud bucal.
Cuando hizo las prácticas de la carrera de medicina, la rama que más le llamó la atención fue la ortodoncia, pues para ella es una carrera que requiere de mucha planificación, es de pensar muy bien cómo se va a proceder en un tratamiento, poder darle al paciente un buen diagnóstico y brindarle soluciones adecuadas.
Maricé es una persona afortunada porque sus padres han sido un apoyo incondicional en todo el proceso de su carrera, le brindaron apoyo económico, pero sobre todo apoyo emocional, han estado con ella en las buenas y en las malas, echando porras en esos momentos en los que Wendy se sentía abrumada por tantas responsabilidades.
Comenta que, es extraño que ella no estudió una profesión igual a la de sus padres, normalmente la influencia familiar predomina al momento de elegir una carrera. Da gracias a Dios por haberle dado unos padres que respetaron su decisión y que la apoyaran incondicionalmente.
Uno de los obstáculos más fuertes que tuvo durante el proceso de estudio fue la muerte de su mamita, así llama a su abuelita materna, pues Wendy amaba tanto a su mamita que, este hecho la hizo desestabilizarse emocionalmente, causándole un fuerte desinterés en el estudio, en ese momento bajó su rendimiento académico, como también su estado de ánimo.
Sus padres la ayudaron a salir de ese cuadro depresivo, terminó su especialización y rápidamente pensó en poner su propio consultorio odontológico, su padre es abogado y él la apoyó en todo el procedimiento para la apertura.
Le resulta un poco temeroso recibir a los primeros pacientes, dijo Maricé, ya que es tomar decisiones con base en lo aprendido y tener la presión de hacer un excelente trabajo, para que el paciente quede satisfecho y regrese.
Por otro lado, el mayor temor de la dentista es que no se dé a entender con el paciente, que no halla una comunicación clara con referencia los procesos que debe seguir.
A raíz de ese tema, Wendy describe a su paciente ideal, y dijo, “mi paciente ideal es una persona que prioriza su salud bucal, que siga las recomendaciones de cuidado dental en casa y asista regularmente a chequeos preventivos”. Además, que esté dispuesto a seguir el tratamiento propuesto para solventar cualquier problema dental oportunamente.
La dentista comenta que, de no ser así, los pacientes ya vienen con problemas graves e incluso ya asistieron a otra clínica que ha empeorado la situación, ya sea por procedimientos erróneos o por mala praxis, es ahí donde se encuentra con un paciente que no le gustaría tratar. Pero señaló que, durante sus estudios, lo que la motivó fue poder ayudar a los demás por medio de su trabajo, por ese motivo ella atendería a cualquier paciente que necesite de su ayuda.
Maricé hace una fuerte declaración y expresó, “Después que abrí mi consultorio, me casé y fruto de ello nació mi hija, al poco tiempo la deje con la niñera para meterme de lleno a atender pacientes, a tomar varios cursos y le daba poco tiempo a la familia que acababa de formar, mi mamá me hizo reflexionar, recordé que ella siempre estuvo para mí y tomé la decisión de pasar más tiempo de calidad con mi familia y el trabajo llevarlo de una forma moderada”
Cada vez que Maricé tiene un día complicado laboralmente hablando, su mejor terapia es hacer cosas con su familia, salir de paseo, ver películas, juegos de mesa o hasta cosas sencillas como hablar y recordar algún suceso gracioso.
Dice que, como en toda profesión, siempre habrá días difíciles, pero, ama lo que hace y su mayor satisfacción es ver a sus pacientes complacidos, contentos con su trabajo.
Además, señala que, un buen dentista se muestra comprensivo, empático con sus pacientes, demuestra sólidas habilidades técnicas, es detallista en sus procesos, se actualiza con respecto a avances odontológicos, explica claramente los procedimientos, los tratamientos a seguir y sobre todo crea una relación de confianza con los pacientes.
Commenti