Nidia Michelle Camacho Contreras, una arquitecta de 27 años, ha forjado un camino único en el campo de la arquitectura, lleno de desafíos y descubrimientos. Graduada de la Universidad de Guadalajara, Nidia encontró en la arquitectura una perfecta unión entre la practicidad y la creatividad.
Durante sus estudios universitarios, Nidia descubrió el verdadero alcance de su pasión por la arquitectura. Cada proyecto le permitió explorar su creatividad al mismo tiempo que aplicaba principios prácticos y técnicos. Fue durante estos años formativos que Camacho se enamoró completamente de su carrera.
-Uno de los desafíos más significativos en la carrera de Nidia fue su trayectoria en FERROMEX, el ferrocarril mexicano.-
Durante cuatro años, Nidia demostró su habilidad para adaptarse y crecer en un entorno desafiante, supervisando trabajos, realizando estudios, modificando planos, impartiendo pláticas de seguridad y realizando cálculos estructurales.
Nidia también compartió una anécdota fascinante de su trabajo en una ciudad portuaria. En este proyecto, tuvo que supervisar dos proyectos simultáneamente, enfrentándose a desafíos como subir a torres de iluminación de 40 metros con fuertes vientos y riesgo de lluvia, y supervisar la instalación de líneas de vida en el ferrocarril.
Cuando se le preguntó qué le diría a su yo de hace cinco años, la arquitecta enfatizó la importancia de la preparación continua y la definición de objetivos claros. Aconsejó no aplazar las ideas y buscar más oportunidades de aprendizaje a través de certificados y cursos.
Finalmente, Nidia compartió algunos consejos para los futuros estudiantes de arquitectura. Destacó que la universidad proporciona las herramientas necesarias, pero es en el mundo laboral donde realmente se aprende. Aconsejó a los estudiantes que definan su especialización a partir del segundo año de universidad.
La historia de Nidia es un testimonio de cómo la pasión y el trabajo duro pueden llevar a una carrera exitosa y gratificante. Su experiencia y consejos seguramente serán de gran valor para los futuros arquitectos. Su viaje es un recordatorio de que, a pesar de los desafíos, la pasión y la dedicación pueden llevarnos a lugares inesperados y maravillosos.
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